12 sept 2008

Requiem del sueño


Sobre el iracundo sostén de tu frigidez, se centra tu mascara de usurero.
No es de extrañar que la contracción del instinto, te confunda para saciarte del deleite que emana mi piel.
Pero amotinada te expulso, para no sucumbir al extraño placer de aniquilar mi propia alma. Con el resplandor infernal del paraiso resplandeciente.
Es importante olvidar que jamás te nombraré, tu presencia maldita de olores de aquel inframundo al cual no pertenecia ni un solo momento.