18 ene 2022

El festival de las bestias


Continuación de Ella sangra llamas

 “El olor a conflicto siempre es el mismo, lo reconoces en cualquier lugar. Es como el perfume nauseabundo de cadáveres y el de una tormenta formándose, una vez que lo que reconoces nunca lo olvidas.” La voz del viejo capitán hacía eco en la mente de Hipolita, mientras se ponia el vestido negro que Fedra habia encargado para ella. 

En el taller solo quedaban unos pocos técnicos limpiando sus herramientas y cambiandose, el festival de las bestias era una de las pocas celebraciones de la Republica que coincidia con la celebracion de la cosecha del Imperio y la danza de la nieve en el Reino de Mantor. Todas tenian el mismo motivo, festejar y agradecer a los dioses por la abundancia y la paz.

Los faroles multicolores se movían suavemente con la brisa nocturna, las luces señalaban los diferentes caminos al baile comunal del festival. Los puestos de comida estaban atestados de guardias, técnicos y guerreros de diferentes lugares de la República.

Había parejas escondidas en los callejones, grupos de viajeros participando de rondas de juegos de azar y algunos miembros del gremio tomando cerveza en las mesas comunales.




Hipolita y Fedra caminaban nerviosas vigilando a Callista que saltaba entusiasmada, su vestido rubí flotaba a su alrededor como una hoguera. 

A metros de ellas, Melkiades las vigilaba atentamente tomo un trago largo de cerveza. Esperaba que la distraccion fuera suficiente para que desaparecieran. Realmente le deseaba lo mejor a la prodigio pero lejos de el y su taller. El jefe de taller era un hombre que se consideraba simple, el trabajo es su pasion todo lo demas, las peleas de poder y el futuro de la Republica libre le tenian sin cuidado. Solo se involucró cuando ejercer su magia fue un problema en el Imperio. Todo aquello que lo alejaba de su taller y sus maquinas lo eliminaba sin miramientos. 

Al principio solo se sentia como si el aire caliente de las hogueras se movia por cuenta propia, luego en el cielo se empezo a formar una nube anaranjada que crecia de manera precipitada. En un momento de ella surgieron una tortuga marina, un aguila  y un dragon de color negro. Cuando la ultima figura aparecio las expresiones de sorpresa o alegria por aquella vision se silencio. El dragon, simbolo del Imperio se alzaba por sobre las otras figuras que estaban moviendose de manera pacífica. El dragon trataba de devorar a las otras figuras persiguiendolas, esto puso nerviosa  a la multitud, de un momento a otro el dragon negro cayo sobre la tortuga y ambas figuras se desdibujaron sobre un edificio que se derrumbo creando una nube de polvo amarillo. 




En el medio de aquel espectaculo fallido, las mujeres corrieron hacia uno de los callejones dejando atrás a los espías que las vigilaban. Se desvanecieron como las figuras en el cielo. Fedra sabia que eso solo no serviria para mantener ocupadas a las autoridades de la Republica. Pero siguieron avanzando, Callista miraba las luces del festival y sus ojos estaban húmedos. 

Los faroles del baile comenzaron a estallar convirtiéndose en antorchas incontrolables, los tecnicos se acusaban entre si por tal broma, sin embargo los guerreros se movían nerviosos mientras asisten a apagar el fuego.

En un templo abandonado a metros del muro protector, se escondían la prodigio del fuego y sus dos guardianas. El bullicio del festival y el olor de la brea de las hogueras llegaba hasta ese rincón olvidado de la capital rebelde. Hipolita se preguntaba si los espías estaban alertados de su desaparición. Las manos de Carmilla temblaban, sus ojos brillaban de manera acuosa Tan cerca y tan lejos murmuraba. Fedra trataba de mantenerla de pie pero se mantuvo en el suelo dibujando símbolos con la ceniza del suelo.

_ Cuando dijiste que la distracción iba a parar?_ Pregunto la capitana en tono nervioso. Queria salir corriendo dejar a su suerte a la demente que debian entregar.

Una llamarada mágica se elevó unos doce metros, la lluvia de cenizas y el humo espeso las cubría. Las llamas se elevaban cada vez más y se extendían devorando casas y personas a su paso como un tornado de fuego. La capitana quedó congelada mirando hasta que Fedra tiró de ella, guiándose por la densidad del humo y cenizas.

Callista movia las manos y los dedos de manera frenética, en sus pupilas solo se podía ver un reflejo anaranjado. Hipolita sintió el calor de las llamas en su piel y por primera vez en su vida reconocio que el odio no era odio sino, miedo hacia todo aquel que poseía un dominio. 

La entrada estaba atestada de personas que huían de la hoguera descontrolada, la muchedumbre se movía de manera errática. Fedra podia escuchar las quejas, gritos y reclamos. No habia miedo en sus palabras solo disgusto ya que creían que todo eso era producto de algún mestre borracho que se habia excedido con su festejo. El rostro de Hipolita estaba blanco, algo que la preocupo siguio su mirada. El brazalete en la muñeca de la prodigio se derretia.




Arrastrando a la joven, llegaron al arco principal de salida. Los guardias estaban ocupados con la gente que se agolpaba por salir o entrar y las llamas que devoraban casas a su paso. Fedra sostenia a Callista por la cintura y mantenia agarrada la muñeca de Hipolita, como una madre con niños inquietos. La capitana apuro una bebida a la chica asegurandose que tomara el narcótico que habian preparado para esa situacion. Mientras pasaban por el arco de salida unos guerreros de pieles grises y olor a hierro chocaron con ellas empujandolas al muro. Callista en el suelo vomito el calmante, su vestido rojo estaba quemado y sucio por las cenizas. Los guardias trataron de sacarlas a patadas del umbral, la prodigio se levanto tambaleandose, y las llamas en sus manos los convirtieron en carbones andantes. 

La capitana noqueo de un golpe a Callista, Fedra dio un grito de frustración. Cargar al botin solo les restaba tiempo que no tenian. Llegaron al borde del bosque mas cercano de la muralla, podian ver el resplandor del fuego y la niebla blanca que poco a poco cubria a la capital. 

Avanzaron unos kilometros pero tuvieron que despertar a la prodigio, cargarla se habia vuelto una tarea insoportable. _El sendero no es la mejor opcion, es de hecho la peor_Protesto Hipolita mientras sacudia el cuerpo inerte de la chica.

_No tenemos caballos y el puesto de avanzada que nos puede ayudar esta a 5 kilometros del sendero_Argumento la comandate, estaba cansada y nerviosa. No queria discutir cuando todabia no estaban seguras.

_Y por que no vamos por el rio?_Sugirio Callista mientras se acomodaba los pedazos que le quedaban de vestido_ Salimos al puerto de Tamaran por la bahia Roanok y son 3 dias. Ademas el deshielo ya paso, asi que no hay peligro de desviarse a las playas de Thai-Shum_ Las mujeres la miraron con sorpresa, sonaba logico y Hipolita asintio ya que por la posición de las lunas estaba en lo correcto. Caminaron al río hasta llegar a un pequeño muelle donde robaron una lancha. Ayudadas por los remos y la corriente se alejaron de los limites de la Republica. 

El agua del río estaba limpia, fresca pudieron lavarse el tizne de las hogueras y cargar agua fresca. Fedra noto que no habia peces, algo normal cuando el rio recibia las aguas del deshielo. Pero confio en el plan de la prodigio y confío en el conocimiento de la capitana.