20 nov 2022

Cada hilo esconde una lágrima



Continuación de El oficio de la tejedora

Lo primero es el olor dulzón de frutas pasadas luego son los murmullos de las ayudantes de cocina. Todas las mañanas, mejor dicho antes del amanecer, Satine perdia el sueño. Velmor por el calor habia decidido no usar nada de ropa para dormir. Ni la luz o el sonido insoportable de las ollas podían despertarlo. Los primeros días fueron difíciles pero ahora era tan común como empezar el día. Se vistió lentamente descartando las enaguas que debían lavar, vestidos manchados de vino o comida. Estos se encontraban desperdigados por la habitación en cada rincón habían copas vacías, pergaminos, botellas y todo tenía una capa de polvo o grasa. 

El reflejo de una joven con ojeras azules y labios blancos por el alcohol la deprimía casi todas las mañanas. Debia dejar de tomar o hacerlo de una manera controlada hasta ganar resistencia. Se maquillo y peino podía ver su mano no era hábil para obtener el aspecto noble que buscaba. Velmor no hacía mucho podía ayudarla en esa área, desvestirla era su trabajo favorito. 

El sonido de la puerta la sobresaltó, una sirvienta traía una bandeja de madera con una jarra humeante de té, pan horneado y queso fresco de cabra. Velmor tomó la bandeja dejándola en la mesa que se encontraba llena de libros. Con la otra mano abrazo a la joven sirvienta que reía con deleite ante las atenciones del sacerdote. 

Satine ignoró la secuencia concentrándose en el desayuno. El té estaba amargo, el pan blando y el queso agrio. Estaba tentada a escupirlo pero entendía que debía priorizar entre un desayuno de noble envenenado o el de un sirviente pero seguro. 

_ Podría pedirle a mi amiga que limpie_Dijo la sirvienta presa de las caricias de Velmor, este rió secamente mientras ella acariciaba su cuerpo con hambre. 

En la fortaleza de sus padres, compartía cuarto con su hermana menor Esmeralda. Aunque Satine había tenido una pierna enferma y luego la mecánica, su madre habia insistido que no necesitaba asistencia de ningún tipo. Esmeralda consiguió el cuarto y la sirvienta de una de sus hermanas que se casó, dejando a Satine en el cuarto de niños por tres años hasta que se unió a la corte itinerante.

 Los gemidos de la joven eran como chillidos de rata, el golpeteo de la cama termino rápido como comenzó. Velmor no se esforzaba con ella, sus poderes hacian el resto “La niebla rosa” como le decía. Envidiaba a las sirvientas que podian disfrutar libremente a la luz del día de las delicias. Se había acostumbrado a muchas cosas pero todavía no podía recibir placer en esos intercambios. Su novia despidio a la chica con un movimiento laxo_ Deberias probar con hierba azul_ Dijo mientras se ponía la ropa arrugada. 





Era la segunda vez que sugeria eso, Satine no respondió no tenia fuerzas para discutir. Se puso unos aretes de cristal verde y los dos anillos que le habian dado por ser miembro de la corte. Su imagen de noble responsable y austera le servía para ocultar la falta de oro y apoyo familiar. Como dama de compañía principal de la Emperatriz tenía una recompensa monetaria pero no era suficiente para obtener mejores lugares en los espectáculos, comidas o joyas. Para compensar esto Velmor habia trazado una estrategia: iban de fiesta en fiesta comiendo y bebiendo, sacaban invitaciones a través de apuestas de beber y dormían en camas ajenas para obtener favores de todo tipo. En el caso de ella, había logrado hacer que Zorzal el mayordomo principal, se interesara en su bienestar. Sin embargo, ese interés estaba relacionado a su cercanía con la luz del poder como la mayoría de los nobles que se acercaban a ella. 

Su cuarto es uno de los más alejados a la ala imperial. Por ser nueva en el consejo de las flores le asigno un cuarto de cortesana que daba al patio de la segunda cocina, la cocina de los nobles menores. Asistentes, sacerdotisas y sirvientes de los nobles más importantes de la corte esmeralda. Esta asignación no fue azarosa, la mano de Lorcas de Sirodel y su séquito estaba en ella. Podía usar los cuartos de la novicia imperial para el día pero por la noche debia dormir en su propio cuarto. 

Esto se debía a una red de hechizos antiguamente creados por el gremio de la cadena y el sacerdocio de Cassia cuando se construyó el palacio principal. Permite un control de los nobles y la seguridad del Emperador de turno. Los cuartos tenían hechizos vinculantes que solo podia dormir, comer y bañarse su dueño. Dichos cuartos podian eliminar, expulsar o paralizar al invasor. Con los años las sacerdotisas de Cassia lograron atenuar estos conjuros, incluso sacarlos de algunos cuartos. pero los del ala imperial se mantenían fuertes y nadie quería arriesgarse. Eso le habia explicado Zorzal, este era una fuente de información valiosa en lo que respectaba al protocolo y el funcionamiento del palacio. 





Todas las mañanas la joven debía prepararse como podía para llegar al cuarto de la novicia imperial y esperar la señal para asistir a la emperatiz. Corría por los intrincados pasillos interiores con su asistente luego se separaban para cumplir las misiones del dia. Velmor estaba más distraído que nunca  apenas cumplía una o dos comandas que le daba. La novicia Moira le habia contestado la última carta. La luz del poder también la leyó pero su expresión fue enigmatica. Estando solas le contó las circunstancias del casamiento de su prima y el archiduque. La alianza habia sido para asegurar los límites con el reino de Mantor, la familia del archiduque estaba en una situación financiera delicada  se decía que la hermana menor iba a heredar el territorio ya que el primogénito no habia podido tener hijos con su anterior esposa. La primera esposa del archiduque habia muerto de manera accidental, los rumores decian que también las amantes morían de la misma forma. La familia Giska contaba con la sangre imperial y las arcas familiares se encontraban llenas de oro.  

_Mi prima quería una boda hermosa, como la de mi abuela _ Dijo mientras firmaba decretos sin muchas ganas_ Tuvo la boda pero plagada de pequeñas desgracias. Lluvia, animales muertos y la suegra tirándole una jarra de vino a un pariente. Mi tia le dijo a Katerina que esa decisión le traeria lágrimas _ Elis trataba de mantenerse al margen de las alianzas familiares. A diferencia de su madre no disfrutaba de todo ese espectáculo _Recuerdo como sonreía ella _ Satine recordaba que sus padres se encontraban en la corte de Loth y comentaban la particular unión_ Mientras el territorio de mi prima prosperaba lento. El archiduque perdía sumas de dinero en apuestas, negocios fallidos y compañía, mucha compañía. Ademas se decía que Katerina estaba enfermando todo el tiempo, desapareciendo por largos periodos. En un momento las familias reclamaron herederos_ La emperatriz dejo de escribir para buscar con la mirada a alguien_ La acusaron a mi prima de no ser buena mujer. No aguanto más. Pidió que aprobará junto con la gran sacerdotisa el divorcio_ Sonrió con tristeza_ Supongo que mi padre no lo hubiera aprobado por eso aguanto hasta mi coronación_  

Por la puerta lateral entro la condesa de Seshat y Lorcas de Sindorel con sus respectivas sacerdotisas. Hablaban en susurros mirando de manera agria el vestido sencillo de la dama de compania de la emperatriz. Satine leia las comandas mientras inspeccionaba los sellos mágicos de las sacerdotisas que trabajaban torpemente. No muy diferente a la novicia Moira que le temblaban las manos cuando sentía que la miraban trabajar. Ignoro a las nobles había aprendido a dominar su ira sólo en apariencia, agradecia a Velmor por sus consejos. Aunque una parte de ella se negaba a rendirse a la pasividad.





Las nobles se inclinaron ante la Luz del poder que tenía una expresión de decepción al verlas. Satine noto esto y mandó a una de las ayudantes a buscar al compañero de armas de la emperatriz, el príncipe Kanghui. La condesa Seshat informó del estado de las rutas comerciales era urgente negociar términos con los principados y obtener un segundo proveedor de grano para el Imperio. Loth podía estar asegurado pero de una manera muy precaria, lo mismo pasaba con la ciudad-estado de Morthyth. La emperatriz la escuchaba mientras leía una carta de su prima, la marquesa Giska. Su rostro se mantenía neutro pero sus ojos brillaban de una manera inusual como dos llamas naranjas. Miro disgustada a lady  Sindorel, el sonido de sus dedos golpeando la mesa tensionó a las nobles. Satine se concentró en buscar lo que molestaba a la emperatriz para ocultarlo o eliminarlo de manera discreta como le habia enseñado la marquesa Giska. El vestido de Lorcas era blanco con detalles en dorado que brillaban como diamantes de Enoch. Los accesorios hacían juego con ese diseño, la tiara tenia forma de laureles dorados con incrustaciones de diamantes ambar y lágrimas lunares. Satine se obligó a no mostrar ningún tipo de emoción, queria ver como la Luz del poder ejerce su violencia con su rival. Queria oir sus súplicas y sus gritos. 

La emperatriz señalo a Lorcas con voz ronca pregunto _Quien es?_

Satine reprimió la sonrisa_Es Lady Lorcas de Sidorel, pertenece a la ciudad-estado de Morthyth. Miembro del consejo de las flores._Contesto brevemente. Mientras Lorcas buscaba confundida la razón del enfado de su gobernante. La condesa de Seshat se mantenía en silencio asi como su sacerdotisa que ocultaba su rostro con el velo. 





La emperatriz asintió con la mirada fija en la tiara que brillaba como un sol propio, chasqueo los dedos y dos guardias se colocaron lado a lado de la noble que se encontraba muda por el miedo o la confusión. _Donde consiguio esa tiara Lady Lorcas?_Pregunto mientras tomaba el puñal que se encontraba en su cintura. 

_Fue un regalo de un admirador secreto, como entenderá majestad simplemente llego a mis manos_ Los puños de Lorcas se aferraban a la falda con violencia, su sacerdotisa jugeteaba nerviosa con la punta de su velo, parecia una niña nerviosa porque su madre iba a castigarla. Satine recordaba las palabras de la novicia Moira: las sacerdotisas eran en gran parte las hacedores de nobles y gobernantes. Si la novicia es mediocre, el noble deja de serlo.   

Los guardias aferraron a la noble que se mantuvo impasible ante el avance de Elis. Cuando le saco la tiara tirando de sus cabellos dejandola despeinada y con menos cabellera, tampoco dijo nada. La emperatriz miro los brillantes con la luz de la ventana, estos desprendían una luz amarillenta. _Sabes que es esto Lady Satine?_ Pregunto con sorna mientras estudiaba los rostros de las nobles.

_Si, su majestad. Es la corona de las luces de la Rosa dorada, su abuela_Contesto con petulancia la joven_Con esa tirara fue enterrada en la tumba blanca_ Agregó disfrutando de la derrota de la odiosa de Lorcas. Que error estupido cometió, todo aquel que aspira estar en la corte conoce la joyas imperiales de las coronas consagradas hasta los anillos de los principes menores.

La emperatriz golpeó la corona contra el escritorio de mármol, los brillantes flotaron por la habitación como estrellas fugaces. Uno de los diamantes ambar se partió mostrando su interior blanco. Nadie dijo nada al respecto mientras Elis rompía uno a uno los diamantes para ver su corazón blanco como su cabello. Los diamantes de ambar autenticos tenían su interior color amarillento como las arenas del desierto. Quien envió la corona mando una imitacion perfecta. Sin embargo, Lady Satine como dama de compañía de la Luz del poder no habia podido distinguir los diamantes falsos de los reales. 




Las puertas dobles se abrieron caminando arrogante venía el príncipe Kanghui que vestía con ropas de combate. La expresión de la emperatriz paso de furia a molestia_ Fuera, todas_ Ordenó, mientras el príncipe la abrazo por la cintura con total desfachatez. Lady Lorcas y la condesa se inclinaron despidiéndose dejando a Satine preguntando como había caído en una trampa así, o si la trampa era para su majestad y ella solo fue un medio_Como te dije Lady Satine, la corte de las flores excede tus juegos_Dijo Kanghui besaba el cuello de la emperatriz con un hambre inusual, eso explicaba los moretones en el pecho y las marcas rojas que las sacerdotisas trataban de ocultar todas las mañanas.

_Mi unico objetivo es el bienestar de su majestad y la prosperidad del Imperio, Luz del poder_Contesto inclinándose. Su mente empezó a buscar planes, sobornos y las órdenes a su novia, Velmor. La corte era su lugar y no iba a perderlo.

_Tu objetivo es ser mis ojos y oídos pero necesitan mejorar_ Las manos del príncipe buscaban una abertura en el vestido bordo, la mano de la emperatriz le arrojó uno de los diamantes falsos_ Tráeme la cabeza del admirador de Lorcas de Sidorel y las fueron involucradas en todo este asunto, Zorzal esta a tu disposición_ 

Satine se inclino rápidamente y se marcho del estudio. Podía oír los gemidos a distancia, las sacerdotisas debían quedase en la puerta como lo indicaba la tradición. Velmor la esperaba en un arco de piedra y le extendio una pila de pergaminos y cartas. Caminando hacia uno de los banquetes programados el sacerdote llego a la misma conclución la corona falsa había sido una advertencia. Si era para Satine esta debía actuar con cautela con el consejo de las flores, si quería permanecer en el palacio como dama de compañía. Pero si era para la emperatriz los celos mezquinos de la joven no tenían espacio en ese conflicto.


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