24 jun 2024

Primavera en su boca

 




Continuación de Cada hilo esconde una lagrima


Siete noches antes del fin del ciclo de la serpiente


El olor de alcohol le quemaba la nariz, en el fondo de la habitación había un brasero con incienso de la mejor calidad pero no era suficiente. El taller de taxidermia de la emperatriz tenía ese olor característico de putrefaccion enmascarada con perfume cortesano. 

Los techos son altos de roble oscuro en los numerosos estantes decoran las paredes, cientos de aves, zorros, conejos y roedores del continente. Desde los ocho años la joven emperatriz comenzó su hobby, como una manera de complacer a su madre, la nigromante y a su padre, el cazador. Sin embargo, se volvió una manera de entender el mundo que la rodeaba. Una forma de asegurarse que su corte entendiera su lugar en el palacio esmeralda. 

En la mesa de trabajo tenía el cuerpo de un buitre carroñero de Belial, que su nuevo amante cazo en una chimenea de las forjas imperiales. Las plumas del animal estaban maltratadas, sucias de carbón. La vísceras del ave estaban en un cuenco plateado junto a los instrumentos de taxidermia. Elis disfrutaba del silencio y la ausencia de ojos curiosos en su taller. La presencia de las sacerdotisas en el lumbral de las puertas expectantes a una señal de su soberana son un recordatorio que nunca estaría del todo sola. 

Un tintineo mecánico se acercaba a la puerta, Elis ya podía escuchar la voz de Lady Satine cargada de cansancio mal disimulado y ironía. Levantó la mano sin despegar la vista del ave, tendría que ponerle otras plumas. 




Lady Satine se paró a su costado, sus manos se encontraban aferradas a la falda de su vestido, desprovista de joyas o cualquier otro tipo de lujo. Su premisa de modestia es extremista, como una forma de orgullo para distinguirse de las demás damas del consejo de las flores. El maquillaje sobrio y el leve olor a alcohol mezclado con jabón de lejía le recordaba a las novicias de Cassia. 

_Que puede ser tan urgente para interrumpir mi trabajo? Lady Satine_ Preguntó, sin dejar de estudiar las alas del buitre, los huesos no estaban rotos lo cual sería menos trabajo.

_Luz del poder, tengo noticias de Loth y de la marquesa Giska en Belial_Dijo extendiendo dos comandas imperiales. Uno era el sello personal de su madre y el otro era un papel manchado de verde y con un perfume dulzón. 

Las sacerdotisas cerraron las puertas tras ellas con una expresión apremiante. Se quedaron afuera apostadas como dos guardias. Cuidando que nadie se acercara al taller. La emperatriz chasqueó la lengua. Noticias de Belial siempre amargaban su dia. _Primero las novedades que tiene mi madre y luego veremos que nos ofrece esa ciudad- estado_ Ordenó mientras preparaba los polvos secantes. 

Lady Satine abrió la primera comanda con rapidez, la caligrafía de la sacerdotisa Beatrize es angulosa y recta. Leyó la extensa carta de la madre imperial, al parecer Loth seria difícil de manejar a corto plazo. Repetía una y otra vez que la toma de poder de las ciudades-estado se había retrazado de manera impudente. El compromiso de su hermano, el príncipe Zulficar, debía acelerarse. Asi como el asunto de Mantor y su guerra eminente. 




Elis golpeó la mesa con la cuchara medidora _Mi madre sigue con eso_Comento con hastío. Satine siguió leyendo aunque los reproches con información seguían. Se preguntaba cuántas de las palabras de la madre imperial eran suavizadas por su novicia. Los fuegos de la traición aun ardian en Loth pero gracias a las familias aliadas pudieron apagarlos. De esa manera se regularizó la entrega del trigo y el maíz a las diferentes ciudades imperiales. Además avisaba que volvería a la corte cuando las nupcias del príncipe terminen. La noble sintió un regusto amargo con esa noticia. La corte de las flores es un caos sin su principal jardinera. 

_Si, seguro Mama porque Zulficar le encanta cuando estas cerca de él_ Murmuró con sarcasmo. No es la primera vez que la luz del poder se sentía agobiada por las palabras de su madre._Informale a la corte de las flores de la decisión de mi madre y del compromiso del Príncipe. Llama al Zorzal que reúna al consejo de hierro, van a preguntar por las provisiones de Loth_ Estableció mientras terminaba de limpiar las plumas del ave.

_Si, Majestad_ Contestó Satine de manera automática. El compromiso de uno de los príncipes era la excusa perfecta para identificar a las damas solteras de la corte con ambición. Tendría que hacer una lista de ellas. Anotó mentalmente la noble.

Guardo la comanda en uno de sus bolsillos. Las comandas imperiales después de ser comunicadas dependiendo su importancia, se transcriben en los cuadernos de palacio que corresponden a la corte, consejo o guardia. También se almacenan en la biblioteca imperial en la zona de registros de tiempo de cada emperador. O se queman para salvaguardar algo que amenace la paz imperial. 

_Ahora que dice mi prima? El conde de Belial entendió su lugar en este Imperio?_ Pregunto Elis mientras seleccionaba las plumas que iba a reemplazar. Sus manos se movían con vacilación. 

Al abrir la carta Satine reconoció la caligrafía. La carta de su novicia Moira era un ejemplo de diplomacia y como las sacerdotisas de Cassia tenian la paz del continente. El relato de la caída del Conde Aleister tenía varios huecos por decirlo de alguna manera. Lady Satine le leia como siempre con un tono monocorde pero su mirada habia temor y preocupación. La emperatriz se preguntaba si la salud de Katerina estaba comprometida. Sin embargo no podía darse el lujo de preocuparse ya que tenia otros que ocupaban su mente._ Podría decirse que ya tenemos a Belial en nuestro control_ Expresó la luz del poder. La plumas que habia elegido estaban arruinadas por su puño, las habia aplastado sin darse cuenta. 

_A un precio elevado, su majestad_Contesto la noble de manera inconsciente. Agacho la cabeza con verguenza_Disculpe, Su Alteza. No tengo derecho a cuestionar a ningún miembro de la ilustre dinastía. Ni sus sabias ordenes_ Dijo en tono lastimero. 

La emperatriz despidió a la noble con un gesto, se canso de su voz y su presencia_No quiero ver a nadie hasta mañana. Nadie_Ordeno gélidamente. 

Incomoda, Lady Satine se despidió, se apresuró a desaparecer del taller. Disgustar a la soberana en ese momento era un movimiento suicida. Cerró la puerta detrás de ella indicandole a las sacerdotisas que la emperatriz quería soledad. 

No quería lamentar la muerte de un traidor. Los recuerdos y su propio corazón confunden a la emperatriz que miraba el cielo despejado desde la ventana alta del taller. El sol nunca llega directamente al recinto, sus obras se degradan al contacto de los rayos solares.

Podria olvidar alguna vez lo que sentía? Era la pregunta que la mantenia despierta cada noche. Aunque el Imperio exigía sus manos y sus ojos no era suficiente. En los momentos de descanso, su mente volvía a esos dias de sol y rios claros. A una Elis sin el velo de oro, solo Elis. Donde queda ella en todo esto que su madre planeo? El poder de la dinastía que poco a poco moría. Sería su hermano mayor quien traiga el nuevo niño emperador? 

La mente de la emperatriz se volvió un coro de voces discordantes, llenas de temor, ira y paranoia. Con su madre lejos no disponía de la sacerdotisa personal que pudiera poner un orden al espiral de confusión. 




Con cuidado de no hacer ningún ruido salió por la puerta lateral del taller. Esta conduce a uno de los patios interiores de las habitaciones del harem. Tenía unas horas hasta que las sacerdotisas la encontraran o Lady Satine se quedara sin excusas de su desaparición. Camino despreocupada por el sitio, las plantas estaban secas y las hojas se acomulaban en el piso. La entrada a la sala de las delicias estaba entreabierta. Esa sala como toda esa área del palacio estaba abandonada. La ineficiencia del mayordomo Zorzal es notable pensar que su propia madre lo postuló para el puesto. 

Las alfombras multicolores llenas de polvo, los enormes almohadones continuaban desperdigados por el salón principal. Antes en ese lugar rebosaba de vida y belleza, se alimentaba de las cientos mujeres entregadas al harem. Recordaba con cariño su infancia llena de juegos con sus hermanos y primos. Los dulces robados de las cocinas ante los retos de frustración ya que los hijos del emperador son los pequeños gobernantes del palacio. 

El perfume a madera quemada y hierba buena alertó sus sentidos, era una pena que solo tenia su daga. Cuando el principe Kanghui la ataco pudo esquivar la estocada con elegancia. Ambos se miraron con desafio aunque la emperatriz le perturbó la idea que ese hombre pudo estar tan cerca de ella sin que lo pudiera detectar.




El joven príncipe arrojó a un lado la espada corta, alzó sus manos mostrando que la pelea sería sin armas. Una pelea justa. Chasqueo sus dedos y las llamas surgieron de sus dedos. Una pelea de dominios. En el Imperio, la pelea de dominio es exclusiva para un solo momento. El torneo de la corona. 

_Quiero que me enseñes a usarla_Dijo el principe señalando una pipa de agua de color ambar. Saco de su bolsillo un paquete de color azul, el perfume terroso intenso llegaba a Elis. Era flor de pantano. Una hierba narcótica prohibida en el Imperio. Tenia varias preguntas peor prefirió preparar la pipa que estaba sucia por desuso. Solo habia fumado en la pipa de agua tabaco azul en las fiestas de adultez de sus hermanos. No le gustaba la idea de probar algo nuevo con alguien como el príncipe. No confiaba plenamente de su amante, no era culpa de ninguno de los dos. Simplemente no le gustaba la posibilidad de ser vulnerable. Es un pensamiento estupido se decia a si misma pero no faltaba a la verdad. 

Después de quemar varios dedos y destrozar algunos carbones pudieron recostarse en las alfombras agotados. El perfume herbal de la flor del pantano se extendía y se pegaba en la piel. Elis sentía que estaba sentada en la arena, sus manos le ardían así como sus mejillas. 

Kanghui fumaba con total naturalidad disfrutaba del desconcierto y miedo de la emperatriz. Su captora. Sus ojos la estudiaban entre fascinación y desafío.

De la nada, un gato atigrado apareció en la fuente del patio. Se puso a tomar agua con tranquilidad. _Este era el harem de mi padre, o una parte de el_Dijo Elis ante el silencio hermético del principe_Hasta los 12 años viví acá con mi madre y mis hermanos más chicos. Después tuve mi propia habitación con mis damas de compañía. Mis maestras me contaron que en Thai-Shum todos viven juntos. Todo el tiempo_ Una parte de ella no había creído que tantas personas podían dormir en un solo lugar, comer y estudiar en un mismo salón. 




El príncipe se acostó cerca de la emperatriz con un suspiro_Solo los nobles pobres hacen eso_ Aclaro con molestia. El felino se esconde en la maleza y las hojas caídas para poder cazar los gorriones que se posaban cerca de la fuente. _ Hace muchos años, antes que naciera mi padre. Cuando el Kaiser enfermaba de muerte, todos los candidatos a Kaiser vivían juntos en un salón por un ciclo. El que mejor soportaba aquella prueba, era nombrado heredero._Explico. Miro sus muñecas ocultas por su ropa._Cuando le toco a mi honorable bisabuela. No había herederos para llenar el salón. Solo ella, con mi abuelo en su barriga_ Volvió a tomar otra calada de la pipa._Lo mismo paso con mi padre. Solo él estuvo en el salón _ El gato atigrado se preparó para el salto pero el gorrion voló lejos de él.

_La Dama Hierro, Yohan_Contesto Elis con cierto recelo_Ella si supo mantener su palabra y sus manos en los hilos de su nación _Dijo para si misma. Le resultaba graciosa la predicción de la madre de las sombras de Thai-Shum. Creía realmente que iba a ver al imperio en ruinas. 

_Le reconozco que siempre tuvo a sus enemigos entretenidos con espejismos de oro o quimeras imposibles_Dijo Kanghui con dureza. Ambos se mantuvieron en silencio. El gato atigrado estaba determinado a capturar a un gorrion mientras una docena de palomas se encontraban a metros del felino. Elis se acurruco en el pecho del príncipe quería dormir por mil años. El joven la abrazó y jugó con sus cabellos hasta que el narcótico hizo efecto.


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